Historia Corta de Terror: La Terminal

Salí tarde de trabajar esa noche, a penas alcanzaría el último tren de vuelta a casa, así que corrí lo más rápido que pude.

Estaba solo en la estación, y mi tren aun no llegaba, la batería de mi celular había muerto y había olvidado mi reloj, pero aun así sabía que el tren estaba atrasado. Estaba muy cansado y tenía hambre, en ese momento solo quería llega a mi casa a darme un baño, cenar algo y dormir.

Siempre fui algo cobarde y me aterraba quedarme solo, como en ese momento en la estación. Mi mente empezó a divagar y a pensar lo peor, que me fueran a secuestrar o a matar; estaba muy nervioso, no podía pensar correctamente por el cansancio.

Decidí recargarme en un poste para no quedarme dormido, cuando a lo lejos distinguí un ruido; parecía que mi tren ya venía después de mucho rato y por fin iría a descansar a mi casa. El sonido del transporte se acercaba cada vez más que hasta podía sentir como el piso temblaba por el movimiento de la máquina.

Cuando pude ver la luz a través del túnel, me sentí aliviado y más tranquilo. Al fin llegó, pero para mi sorpresa, venía vacío; estaba algo confundido porque a pesar de ser el último tren, nunca están vacíos. Comencé a prestar cuidadosa atención al vagón frente a mi y noté que era diferente a los que normalmente circulan, pero no tomé importancia y esta decidido a regresar a mi casa.

Me dirigía a la entrada del vagón, pero un tenebroso ruido me dejó paralizado. El sonido de unas botas hacía eco en toda la terminal, no podía verlo, pero estaba casi seguro que, un sujeto con botas, estaba bajando las escaleras. El sonido del taconeo se hacía cada vez más fuerte y es escuchaba muy cerca de mi.

Estaba algo espantado, pero no quería regresar en taxi para no desperdiciar el dinero que me quedaba para la semana. Cuando iba a retomar mi camino al vagón, noté que las luces empezaron a hacer algo extraño, como si no estuvieran bien instaladas o hicieran corto circuito. Noté que algo no andaba bien, las pisadas estaban ahora casi atrás de mí, no me pude mover y solo vi como un señor alto de sombrero y gabardina pasaba a un costado de mi para ingresar al tren.

Ya dentro aquél hombre, las puertas se empezaron a cerrar, y el mismo se acomodaba, cuando lo volteé a ver y él a mi, noté su falta de rostro y un escalofrío llenó mi cuerpo por completo cuando las luces de la unidad se tornaron de un rojo oscuro y el tren partió.

Estaba atónito, y mientras pensaba que rayos estaba pasando, mi tren llegó como si nada hubiese ocurrido.

A veces puedo escuchar por mi ventana el tren pasar, a pesar de vivir bastante lejos de la estación.

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