Historia corta de terror: mi otro hermano
Hace tiempo, con mi hermano, solíamos intercambiar lugares
para despistar a mis padres. Como gemelos, era natural estar muy apegados,
tanto que no recuerdo una vez que hayamos peleado.
En cierta ocasión salimos a jugar escondidas al patio junto
con mi hermana, era mi tuno para buscar a mis hermanos, detrás de la casa había
un pequeño bosque que llevaba a un lago. Empecé a buscar a mis hermanos y no
tardé en encontrar a mi hermana mayor, procedimos a buscar a mi gemelo;
tardamos un buen rato hasta que por fin encontramos un pequeño rastro que nos
llevaría a su escondite.
Cuando llegamos al lugar donde se ocultaba mi hermano,
notamos algo raro en el ambiente, y yo, noté algo raro en él; como si no
supiese que estaba pasando nos preguntó qué hacíamos ahí. Estaba algo nervioso,
nunca había visto a mi hermano actuar así y sentía algo raro estando frente
suya.
Volvimos a casa y todo parecía normal, pero mi hermano
seguía actuando algo raro todo el tiempo, haciendo comentarios fuera de lugar y
perdiendo su mirada en la nada. En la noche no podía dormir y noté que mi con-sanguíneo
tampoco podía conciliar el sueño; traté de conversar con él, pero no llegaba a
ninguna parte. Sin darme cuenta me dormí.
Desperté abruptamente con una extraña sensación, no sabía ni
siquiera la hora, pero deduje que era muy en la madrugada porque los coches no
se oían pasar. Volteé hacia un costado de mi cama y estaba i hermano, entre las
sombras observándome con una extraña sonrisa y sus ojos brillando por un
pequeño rayo de luz que entraba por el alumbrado público a través de la
ventana. En ese momento sentí mucho miedo y no supe que hacer más que voltear
al lado contrario y taparme con las sábanas.
Al día siguiente quería olvidar lo sucedido al punto de ni
siquiera tratar de hablar de lo sucedido.
Jugaríamos de nuevo al escondite, era
el turno de mi hermano para buscarnos aceptando plácidamente con un extraño
gesto de satisfacción en su cara. Corrí rápidamente al bosque para esconderme y
encontré un pequeño agujero bajo el tronco de uno de los árboles, así que decidí
entrar; el interior del agujero era bastante más amplio de lo que parecía, casi
como una cueva.
Mientras trataba de acomodarme para pasar un buen rato
escondido, sentí algo extraño, como si no estuviera solo; gateé hacia atrás,
solo para encontrarme con un extraño bulto. Me acerqué para ver de qué se trataba
y me quedé sin palabras, era tanto mi asombro que casi me desmayo ahí dentro.
Era mi hermano, en un mal estado, con la mirada perdida y cubierto con una
extraña sustancia viscosa.
Me las arreglé para sacarlo de ahí y llevarlo a casa. Nunca
nadie supo que ocurrió, estoy casi seguro de que el que estuvo un día antes con
nosotros no era mi hermano, todo sería más fácil si nos contara lo que sucedió,
pero hasta la fecha, sigue sin responder limitándose solo a comer e ir al baño.
Juro que encontraré quién o qué le hizo esto a mi hermano
gemelo.
Comentarios
Publicar un comentario